Es uno de esos lugares donde tocar el cielo. En este peñaso erguido sobre el río Tajo anida aves como buitres, que sobrevuelan a los que se acercan a visitar este rincón indispensable del Parque Nacional de Monfragüe. Dicen que en árabe Monfrag quería decir “El abismo”.
La leyenda de su nombre la cuentan en Fotonazos: “La cañada real trujillana cruzaba la sierra de las corchuelas por esta zona y aquí confluían multitud de pastores y comerciantes, entonces esta zona de la sierra era la preferida para los bandoleros y sus actos delictivos, la leyenda cuenta que un gitano atemorizaba con sus robos y su navaja a todo el pasaba por aquí, hasta que unos guardias civiles estuvieron a punto de cogerle, pero se les escapó por que dió un salto al otro lado de la sierra cruzando el río dejando a los guardias civiles de piedra…”
Escapada rural