En 1989 se calificó como el restaurante más antiguo del mundo según el Libro Guinness de los Records. Este establecimiento madrileño es la cuna castiza del cochinillo y el cordero, que se siguen asando con madera de encina en el horno original de su fecha de fundación, en 1725. El restaurante lo fundó el francés Jean Botín, pasó después a manos de sus sobrinos y, desde 1930, lo regenta la familia González Martín.
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