Âbû-l-Qâsim Maslama ibn Âhmad al-Faradi al-Hasib al-Qurtubî al-Maŷrîtî cuyo laqab o apodo (al-Maŷrītī) significa el madrileño, fue un conocido astrónomo, sabio y polígrafo hispanoárabe nacido a mediados del siglo X en Madrid y que murió entre 1007 y 1008 en Córdoba.
Es aparentemente el primer madrileño de nombre conocido, aunque se conocen los nombres de personajes anteriores que vivieron en la ciudad, como los primeros gobernadores nombrados por Córdoba.
Fue uno de los intelectuales de mayor reputación del Califato, y se le llegó a conocer como el Euclides de España. Fue un gran astrónomo, resumió las tablas de Al-Juwarizmi y tradujo el Planisferio de Ptolomeo. Estos conocimientos se habrían transferido posteriormente a los reinos cristianos, sirviendo para construir los primeros astrolabios, como el de Barcelona (o de Destombes).
También fue el consejero astrológico de Almanzor, indicando los momentos oportunos en que debía empezar sus campañas, y se dice que pronosticó el fin del califato y los detalles de cómo iba a ocurrir mucho antes de que tales hechos pasaran.
La leyenda dice que tuvo una hija y colaboradora, llamada Fátima de Madrid, pero la existencia de este personaje no está atestiguada por las fuentes históricas.
Es aparentemente el primer madrileño de nombre conocido, aunque se conocen los nombres de personajes anteriores que vivieron en la ciudad, como los primeros gobernadores nombrados por Córdoba.
Fue uno de los intelectuales de mayor reputación del Califato, y se le llegó a conocer como el Euclides de España. Fue un gran astrónomo, resumió las tablas de Al-Juwarizmi y tradujo el Planisferio de Ptolomeo. Estos conocimientos se habrían transferido posteriormente a los reinos cristianos, sirviendo para construir los primeros astrolabios, como el de Barcelona (o de Destombes).
También fue el consejero astrológico de Almanzor, indicando los momentos oportunos en que debía empezar sus campañas, y se dice que pronosticó el fin del califato y los detalles de cómo iba a ocurrir mucho antes de que tales hechos pasaran.
La leyenda dice que tuvo una hija y colaboradora, llamada Fátima de Madrid, pero la existencia de este personaje no está atestiguada por las fuentes históricas.