Hoy mismo publico otra historia del conde de Villamediana,
Este personaje guapo, bien plantado, noble, rico —es decir, con todos los merecimientos que exigía la sociedad de la época— dio lugar con su conducta a que se le atribuyesen amores con la propia reina. Se cuentan a este respecto anécdotas muy significativas.
Se dice que estando la reina Isabel asomada a un balcón de palacio sintió que unas manos le tapaban los ojos e Isabel, creyendo que era el conde de Villamediana, dijo:
—Estaos quieto, conde.
Pero no era Villamediana sino el rey Felipe IV quien le había gastado la broma y que indignado le preguntó:
—¿Cómo es que me habéis dado este título? A lo que la reina respondió:
—¿Por qué no? ¿Acaso no sois el conde de Barcelona?
La respuesta fue hábil, pero no sabemos si convenció al rey.
(Carlos Fisas)
Este personaje guapo, bien plantado, noble, rico —es decir, con todos los merecimientos que exigía la sociedad de la época— dio lugar con su conducta a que se le atribuyesen amores con la propia reina. Se cuentan a este respecto anécdotas muy significativas.
Se dice que estando la reina Isabel asomada a un balcón de palacio sintió que unas manos le tapaban los ojos e Isabel, creyendo que era el conde de Villamediana, dijo:
—Estaos quieto, conde.
Pero no era Villamediana sino el rey Felipe IV quien le había gastado la broma y que indignado le preguntó:
—¿Cómo es que me habéis dado este título? A lo que la reina respondió:
—¿Por qué no? ¿Acaso no sois el conde de Barcelona?
La respuesta fue hábil, pero no sabemos si convenció al rey.
(Carlos Fisas)