Es conocido como El abuelo por considerarse uno de los árboles originales que existían en el jardín a finales del siglo XVIII.
Hay testimonios escritos que indican la presencia de un ciprés, antes de la fundación del Jardín Botánico en 1781, en el mismo punto donde hoy en día se observa el aquí descrito.
Teniendo en cuenta que el jardín se construyó en terrenos que formaban parte de las huertas del Prado Viejo de Atocha, es razonable pensar que fueran los anteriores residentes los que plantaron el ciprés que se conoce en la actualidad como el Abuelo o el Bicentenario. Parece ser que plantaron este esbelto árbol junto a una casita por la creencia, muy común en la época, de que árboles alargados servían como pararrayos. Presenta porte cónico, con numerosas ramas que parten de la misma base.
Se ramifica a un metro de altura y carece de tronco evidente. Posee en total cinco ramas, de las que tres son dominantes.
Se puede decir que este emblemático árbol está entrando en su madurez, ya que los cipreses pueden llegar a vivir más de 500 años.
Su sistema radicular se encuentra elevado sobre el terreno y, para no perjudicar su vitalidad, se ha dejado un hueco entre los escalones de una escalera contigua, ya que esta estructura podría dificultar el desarrollo de la raíz del árbol. Además, se le va a instalar una pequeña valla para evitar el pisoteo de la parte de la raíz que sobresale del suelo.
(Antonio Rigueiro)
Hay testimonios escritos que indican la presencia de un ciprés, antes de la fundación del Jardín Botánico en 1781, en el mismo punto donde hoy en día se observa el aquí descrito.
Teniendo en cuenta que el jardín se construyó en terrenos que formaban parte de las huertas del Prado Viejo de Atocha, es razonable pensar que fueran los anteriores residentes los que plantaron el ciprés que se conoce en la actualidad como el Abuelo o el Bicentenario. Parece ser que plantaron este esbelto árbol junto a una casita por la creencia, muy común en la época, de que árboles alargados servían como pararrayos. Presenta porte cónico, con numerosas ramas que parten de la misma base.
Se ramifica a un metro de altura y carece de tronco evidente. Posee en total cinco ramas, de las que tres son dominantes.
Se puede decir que este emblemático árbol está entrando en su madurez, ya que los cipreses pueden llegar a vivir más de 500 años.
Su sistema radicular se encuentra elevado sobre el terreno y, para no perjudicar su vitalidad, se ha dejado un hueco entre los escalones de una escalera contigua, ya que esta estructura podría dificultar el desarrollo de la raíz del árbol. Además, se le va a instalar una pequeña valla para evitar el pisoteo de la parte de la raíz que sobresale del suelo.
(Antonio Rigueiro)