El Puente Nuevo de Ronda protagoniza una de las estampas más famosas de España: un arco de piedra que parece sujetar las dos mitades en las que el río Guadalevín parte Ronda. No por ello, cada vez que alguien contempla este monumento se sigue quedando con la boca abierta de admiración.
La primera opción para apreciar el Puente Nuevo de Ronda en su esplendor es asomarse desde los miradores de la Plaza de España o de la calle de Ernest Hemingway, en la parte nueva de la ciudad, justo a la entrada del puente. Hay que desafiar la sensación de vértigo que produce el Tajo de Ronda, la caída de casi cien metros hasta el lecho del Guadalevín.
La primera opción para apreciar el Puente Nuevo de Ronda en su esplendor es asomarse desde los miradores de la Plaza de España o de la calle de Ernest Hemingway, en la parte nueva de la ciudad, justo a la entrada del puente. Hay que desafiar la sensación de vértigo que produce el Tajo de Ronda, la caída de casi cien metros hasta el lecho del Guadalevín.