El olivo es el símbolo de la vida eterna en la tradición judeocristiana, pues de su tronco pétreo y vetusto emanan brotes verdes y jóvenes que simbolizan la resurrección. Cerca del claustro de la Catedral de Oviedo se sitúa un olivo anciano y venerable que fue traído hace ya más de 1.100 años por un peregrino desde el huerto de Getsemaní.
(Mitología Asturiana)
(Mitología Asturiana)