Conocíase en el palacio la fama del médico Francisco de Valles, y, en septiembre de 1580, habiendo enfermado gravemente Felipe II, fue llamado a su cabecera y, después de un ligero examen, ordenó que se le suministrase una enérgica purga. Opusiéronse a ello los médicos que lo cuidaban, por entender que la luna estaba en contraposición y, en consecuencia, la purga debía producir efectos contrarios y causar grave daño a la salud del monarca. Valles, con gran tranquilidad y un poco burlón, cerró las maderas de la regia cámara y dijo a sus compañeros:
—Daré yo la medicina a su majestad tan quedito, que la luna no se enterará.
Con esta y otras prescripciones, logró que al momento el rey se sintiera mejor y después convaleciera hasta que llegó a sanar, con lo cual fue nombrado Vallés primero médico de cámara y protomédico de los reinos y señoríos de Castilla.
(Carlos Fisas)
—Daré yo la medicina a su majestad tan quedito, que la luna no se enterará.
Con esta y otras prescripciones, logró que al momento el rey se sintiera mejor y después convaleciera hasta que llegó a sanar, con lo cual fue nombrado Vallés primero médico de cámara y protomédico de los reinos y señoríos de Castilla.
(Carlos Fisas)