Es un viejo de larga melena bermeja con un hábito blanco salpicado de pintas moradas. En la frente tiene una cruz verde rodeada de llaves y candados pintados. Camina muy despacio y nadie sabe de dónde viene ni adónde va.
Le enfada sobremanera que los hombres malgasten su dinero en juergas y vicios. Cuando algún desgraciado pierde sus bienes de ese modo y se refugia en el monte, el Arquetu se compadece de él y, abriendo la arquita que lleva consigo, le da unas onzas de oro para que las invierta en su trabajo y las haga fructificar. Pero si el derrochador toma las monedas y se las gasta en sus vicios, el Arquetu le condena a pasar el resto de sus días pidiendo limosna por los caminos.
(Wiki - Mitología Ibérica)
Le enfada sobremanera que los hombres malgasten su dinero en juergas y vicios. Cuando algún desgraciado pierde sus bienes de ese modo y se refugia en el monte, el Arquetu se compadece de él y, abriendo la arquita que lleva consigo, le da unas onzas de oro para que las invierta en su trabajo y las haga fructificar. Pero si el derrochador toma las monedas y se las gasta en sus vicios, el Arquetu le condena a pasar el resto de sus días pidiendo limosna por los caminos.
(Wiki - Mitología Ibérica)