La sierra del Sueve paralela y a escasos kilómetros del mar Cantábrico resiste estoicamente los embates de cada frente nuboso que cruza el Principado de Asturias. Gracias a este hecho el hayedo de la Biescona, protegido en torno al arroyo de La Toya, recibe un enorme aporte de humedad que le permite vivir a sólo 200 metros sobre el nivel del mar.
Con el otoño bastante avanzado, cuando los hayedos de la cordillera ya han perdido todo el color de las ramas, la Biescona nos presentará sus mejores galas, y en un paseo tranquilo al ritmo del fotógrafo de paisajes nos revelará un bosque de predominio de hayas centenarias pero con presencia de algún castaño, abedul o acebo, y por supuesto algún ancestral tejo escapado de la vecina Tejeda del Sueve.
Con el otoño bastante avanzado, cuando los hayedos de la cordillera ya han perdido todo el color de las ramas, la Biescona nos presentará sus mejores galas, y en un paseo tranquilo al ritmo del fotógrafo de paisajes nos revelará un bosque de predominio de hayas centenarias pero con presencia de algún castaño, abedul o acebo, y por supuesto algún ancestral tejo escapado de la vecina Tejeda del Sueve.