El ramidreju es una criatura fantástica de la mitología cántabra, descrito como híbrido de la monuca galana (comadreja) y de la rámila (garduña), delgado y largo, con piel rayada de negro y verde, y con cara de jabalí y ojos amarillos.
Fue descrito por el cantabrista Manuel Llano, según un relato en el que dice haber oído a un vecino de Viaña (Cabuérniga) hablar de él. En él se dice que el ramidreju nace cada cien años, excava profundas galerías, y su hiel -que es bebida por las anjanas en el valle de Cieza- posee la capacidad de curar todas las enfermedades y desvelar tesoros ocultos. Llano dice ser Viaña, el único lugar de Cantabria donde ha tenido noticia de esta leyenda folclórica.
Fue descrito por el cantabrista Manuel Llano, según un relato en el que dice haber oído a un vecino de Viaña (Cabuérniga) hablar de él. En él se dice que el ramidreju nace cada cien años, excava profundas galerías, y su hiel -que es bebida por las anjanas en el valle de Cieza- posee la capacidad de curar todas las enfermedades y desvelar tesoros ocultos. Llano dice ser Viaña, el único lugar de Cantabria donde ha tenido noticia de esta leyenda folclórica.