Los pagos para los servicios secretos estaban consignados en el presupuesto de la Secretaría de Estado como"caudales destinados a gastos secretos", aunque también contaban con fondos para ese fin otras Secretarías como la de Guerra y Marina e Indias, que dependían del Marqués de la Ensenada. Es lo que hoy conocemos como fondos reservados, y era el Tesorero Mayor quien se encargaba de administrarlos. En algunos casos se trataba de partidas importantes. Según Cezary Taracha, Robert Shee, que prestó importantes servicios a España como espía en Londres, cobraba la bonita suma de 30.000 reales anuales, una cantidad muy importante, si tenemos en cuenta que un jornalero no llegaba a los 1.000 reales y un buen artesano apenas duplicaba esa suma.
Llama la atención que, después de la muerte de Shee, su esposa, María Brontal, siguió recibiendo una pensión de 15.000 reales anuales, que le pagaba la Secretaría de Estado en dos plazos de 7.500. Lo normal era que los agentes se quejasen de que no se les abonaba lo acordado y se acumulaban retrasos durante varios años.
(La Aventura de la Historia)
Llama la atención que, después de la muerte de Shee, su esposa, María Brontal, siguió recibiendo una pensión de 15.000 reales anuales, que le pagaba la Secretaría de Estado en dos plazos de 7.500. Lo normal era que los agentes se quejasen de que no se les abonaba lo acordado y se acumulaban retrasos durante varios años.
(La Aventura de la Historia)