La tradición oral ha adjudicado a estas criaturas, las formas y figuras de las más dispares y originales: avecillas que brillan en la oscuridad, pequeños mamíferos, ranas, tortugas, etc. Se dice que su hábitat son las partes copas de los árboles, bajo los hongos, orillas de los arroyos y en los matorrales más densos.
En muchos pueblos castellanos se les tiene como “animales que paraban en el campo y hacían sonidos extraños”.