Las fiestas en honor de la Candelaria y San Blas de Almonacid de Marquesado, conocidas como La Endiablada, cobran gran esplendor y son de las más conocidas y originales de toda la provincia. Su origen es inmemorial y en ellas el protagonismo recae en un grupo de hombres, los "diablos", que danzan sin cesar por las calles, en la procesión y en el interior del templo, produciendo un ruido ensordecedor con los grandes cencerros que llevan en su cintura.
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