Ubicada inicialmente en la glorieta de Atocha, la fuente de la Alcachofa se hizo muy popular entre los viajeros que llegaban a Madrid en tren por ser uno de los primeros monumentos en ver al salir de la estación.
Realizada en granito y piedra blanca, su construcción forma parte del proyecto de Ventura Rodríguez para embellecer el Salón del Prado durante el reinado de Carlos III. Debido a que entorpecía el tráfico, se ordena en 1880 su traslado a la plaza de Honduras del Retiro, anexa a la Fuente de los Galápagos o de Isabel II y junto al Estanque.
El monumento guarda algunos de los motivos más característicos del Barroco: dioses marinos, elementos vegetales y el agua, como elemento imprescindible para la vida. Corona el conjunto una alcachofa, planta herbácea muy apreciada por sus propiedades medicinales y como alimento. Sobre el pilón circular, un Tritón y una Nereida sostienen en su frente el escudo de armas de Madrid.
En 1987, y dentro de los trabajos de reforma de la glorieta de Carlos V, se tomó la decisión de decorar el centro de la plaza con una reproducción de la Fuente de la Alcachofa en bronce.
(¡Madrid!)
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