Siurana es un pueblo de cuento que evoca el recuerdo del medievo. Está enclaustrado sobre el río y para conquistar el pueblo hicieron falta los caballeros de cuatro condes, pues el castillo de Siurana franqueaba una frontera que se extendía del Coll de Balaguer a Tamarit de Gaià. Fue finalmente conquistada en 1153 tras la caída de Lleida y Tortosa lo que lo convierte en el último reducto de la reconquista.
El edificio más relevante de Siurana es su iglesia románica, que tiene una portada con un tímpano figurado enmarcado por tres arquivoltas de medio punto. Además, es uno de los destinos de escalada más importantes del país y del mundo.
(Trivago)