La calle de Avellanas se inicia en la calle del Mar hasta la calle del Palau, y es llamada así porque cuando hubo la gran sequía en tiempos de San Vicente Ferrer, se hizo una procesión donde el santo anunció que antes de llegar a esta calle caerían gotas como avellanas.
Tiene edificios muy interesantes como el de la Real Academia de la Cultura Valenciana; la fachada lateral del palacio Arzobispal, en la que aparece una lápida con el escudo del papa Alejandro VI, y la remodelada casa que fue de los duques de Mandas, después de los Duques de Villores y en la actualidad sede de algunas dependencias del Arzobispado de Valencia.
(Mi viaje)