En un corral de la calle del Aguíla de Madrid, perteneciente a Gil Imón de la Mota se guardaba un águila dorada de gran tamaño que, con los gigantones y la tarasquilla, que el Ayuntamiento acostumbraba a sacar en la procesión del Corpus.
En la casa núm. 1, donde se cree nació San Isidro (por los años de 1082 y dominando los sarracenos), existe una capilla dedicada al Santo Patrón.
En ella puede verse una imagen de tamaño natural, muy apreciada por su mérito artístico, así como también el altar, el cual, dicen, tiene por mesa una de las arcas donde el Santo estuvo sepultado antes de su traslación.(Carlos Cambronero)