Uno de los lugares de Toledo más cargado de leyenda y más fotografiado es el conocido como Baño de La Cava. Así es llamado el torreón existente aguas abajo del Puente de San Martín, y que en realidad parece ser un antiguo puente de barcas o de madera, con varios accesos a diferentes alturas que servirían para acceder al río en las diferentes épocas del año independientemente del nivel que alcanzara el agua. Es un torreón cuya construcción actual es resultado de intervenciones cristianas sobre una antigua estructura árabe.
Sin embargo la leyenda sitúa aquí con anterioridad, en época visigoda, el famoso episodio que da nombre al lugar. Se trata de la famosa leyenda de Florinda La Cava. Según esta tradición, el Conde Don Julián era un noble visigodo jefe de las tribus de Gomara en el Norte de África. Como era habitual, envió a su hija Florinda a la Corte de Toledo para que hiciera carrera palaciega y se labrase un buen futuro como cortesana. Florinda, muy bella, enseguida fue objeto de deseo del Rey Rodrigo. Sin embargo, ella no le correspondía.
Así, una noche de verano, Florinda estaba bañándose en esta zona del Tajo y el rey la tomó por la fuerza. Florinda se lo dijo en secreto a su padre que se sintió enormemente agraviado y ofendido y juró venganza cuando la ocasión se presentara. Narra la leyenda que poco después, el rey Rodrigo pidió a Don Julián le enviase unos halcones y gavilanes para usarlos en cetrería. Don Julián dijo al rey que le enviaría unos ejemplares que jamás antes habían sido vistos. El conde había pactado con los hijos del anterior rey Witiza y con el obispo Oppas ayudarles a recuperar el trono con ayuda de tropas musulmanas del norte de África. De este modo los árabes invadieron la Península tras la batalla de Guadalete, traicionaron a los hijos de Witiza, a Don Julián y a Oppas y se produjo la caída del reino visigodo con su último rey, Rodrigo, a la cabeza.
Sin embargo la leyenda sitúa aquí con anterioridad, en época visigoda, el famoso episodio que da nombre al lugar. Se trata de la famosa leyenda de Florinda La Cava. Según esta tradición, el Conde Don Julián era un noble visigodo jefe de las tribus de Gomara en el Norte de África. Como era habitual, envió a su hija Florinda a la Corte de Toledo para que hiciera carrera palaciega y se labrase un buen futuro como cortesana. Florinda, muy bella, enseguida fue objeto de deseo del Rey Rodrigo. Sin embargo, ella no le correspondía.
Así, una noche de verano, Florinda estaba bañándose en esta zona del Tajo y el rey la tomó por la fuerza. Florinda se lo dijo en secreto a su padre que se sintió enormemente agraviado y ofendido y juró venganza cuando la ocasión se presentara. Narra la leyenda que poco después, el rey Rodrigo pidió a Don Julián le enviase unos halcones y gavilanes para usarlos en cetrería. Don Julián dijo al rey que le enviaría unos ejemplares que jamás antes habían sido vistos. El conde había pactado con los hijos del anterior rey Witiza y con el obispo Oppas ayudarles a recuperar el trono con ayuda de tropas musulmanas del norte de África. De este modo los árabes invadieron la Península tras la batalla de Guadalete, traicionaron a los hijos de Witiza, a Don Julián y a Oppas y se produjo la caída del reino visigodo con su último rey, Rodrigo, a la cabeza.