Más de cien años de guantes y abanicos. En el número 27 de la calle Santa Ana, en Barcelona, Guantería Alonso lleva desde 1905 vistiendo las manos de la sociedad catalana en una tienda que rompió moldes por su modernidad cuando se fundó.
En las cuatro vitrinas de su escaparate, los abanicos y los guantes parecen tener su propio altar. Una vez dentro, el lugar está abarrotado de complementos para la mujer, con muebles de madera maciza. En el comercio da la sensación de haber retrocedido en el tiempo más de medio siglo.
La familia catalana Mañós Barrera fue la encargada de abrir el local. Los Alonso, fabricantes de guantes de piel y proveedores de la tienda, se convirtieron en sus propietarios en 1973. “Mi padre y mi abuelo se dedicaban a la producción de guantes de piel y cogieron el local para hacer lo que les gustaba -explica Victoria Alonso, propietaria del comercio-; yo entré en la tienda con 14 años como ayudante y desde entonces no me he movido”. La guantería, que cuenta con 40 metros cuadrados de superficie, empezó comercializando guantes y abanicos, pero en la actualidad vende también mantones, mantillas, pasadores para el pelo y complementos.
Por la Guantería Alonso, donde se pueden encontrar guantes con un precio desde tres euros hasta 200 euros y abanicos que rozan los 2.000 euros, han pasado personajes conocidos como Lola Flores y Antonio Flores o los componentes de El Tricicle. “Yo les pido que me dejen ver su mano, la miro y a partir de lo que ellos me piden les sacó la talla y el modelo de guante”, comenta orgullosa.
La tienda sirvió de inspiración al escritor Carlos Ruiz Zafón para recrear la librería Sempere en en la cuatrilogía: El cementerio de los libros olvidados. Detrás del mostrador, una puerta enlaza el local con la trastienda. Allí, entre un arsenal de cajas que cubre de arriba abajo las paredes, Victoria Alonso explica que “en la tienda todo está pensado expresamente para guardar guantes y abanicos, ya que tenemos más de 500 modelos”.
La propietaria de Guantería Alonso ha visto instalarse en la misma zona comercial a los gigantes de la distribución. Mango, H&M o Inditex tienen en la zona locales comerciales con los que el comercio compite día tras día. “Hoy en día todo el mundo piensa que sabe de todo; nosotros sabemos hacer guantes y abanicos y, por tanto, no vendemos artículos de electrónica”, explica Alonso.
(Modaes)