La posibilidad de adentrarse en una mina abandonada de principios de siglo XX no se encuentra todos los días: historia, aventura, naturaleza... todo esto y más lo tenemos en la Mina de la Jayona, al sur de Extremadura. Todavía quedan rastros de los trabajos de los mineros que durante años se dedicaron a extraer mineral de la tierra.
En pleno corazón de la Sierra de la Jayona, a 4,5 km. al sur de la población de Fuente del Arco, se encuentra la Mina.
Declarada Monumento Natural en el 1997, es posible que la primera utilización de la Mina fuera en época romana, pero la explotación propiamente dicha comienza en 1900 y se prolonga hasta 1921, cuando se abandona la actividad.
En este período de tiempo se extrajeron 270.000 Tm de mineral, que hasta 1905 era transportado a la fundición de Fuente del Arco con animales de carga. A partir de ese año con ayuda de un teleférico que llegaron a construir sólo con ese fin, incluso este proyecto dio la oportunidad a esta zona de tener comunicación por tren, pero al no prosperar el negocio por diversas razones se abandonó.
La explotación seguía las vetas de mineral sin ningún plan de labores fijo. Más de 400 mineros, con la ayuda de picos, palas y dinamita, avanzaron en profundidad (11 niveles) y lateralmente hasta dejar el hueco actual. Los restos de la actividad minera están por todos lados, ayudándonos a tener una visión muy clara de lo que allí pasó a principios del siglo XX.
FAUNA, FLOR A Y GEOLOGÍA
Debido a las diferentes condiciones de humedad y temperatura existentes en el interior de la mina se ha desarrollado una vegetación característica de zonas húmedas, constituida por helechos, plantas trepadoras, higueras, musgos, etc, en claro contraste con la vegetación típicamente mediterránea del exterior.
(ACTE)