A diecisiete kilómetros del Monasterio de Piedra, las propiedades de sus aguas eran ya conocidas en tiempos de los romanos. Brotan a 30-34 grados y están especialmente indicadas en tratamientos contra la diabetes, enfermedades hepáticas, reúma, artritis, gota o estrés. Destaca su espectacular estanque termal.
(ABC Viajar)