Lo reconozco, me pierden las tiendas antiguas del centro.
Me tropecé esta tienda por casualidad, y por suerte, pues necesitaba una ferretería cercana esa misma mañana.
Su enorme cartel, con polvo del año que le pidas, y la gran cantidad de cacharros expuestos en la puerta llamaron mi atención.
Dentro, aderezados con ese olor característico de llevar décadas alí, todos los rincones de la tienda están hasta arriba de cosas, muchas de las cuales seguro que no puedes encontrar en cualquier sitio.
Me atendió un chico joven muy amablemente, y en unos minutos había resuelto mis dudas y tenía lo que quería.
Un hombre mayor, que quizá era el dueño del local, atendía la caja a la salida de la tienda.
Un 10 en aspecto, trato y servicio.
(Yelp)
Me tropecé esta tienda por casualidad, y por suerte, pues necesitaba una ferretería cercana esa misma mañana.
Su enorme cartel, con polvo del año que le pidas, y la gran cantidad de cacharros expuestos en la puerta llamaron mi atención.
Dentro, aderezados con ese olor característico de llevar décadas alí, todos los rincones de la tienda están hasta arriba de cosas, muchas de las cuales seguro que no puedes encontrar en cualquier sitio.
Me atendió un chico joven muy amablemente, y en unos minutos había resuelto mis dudas y tenía lo que quería.
Un hombre mayor, que quizá era el dueño del local, atendía la caja a la salida de la tienda.
Un 10 en aspecto, trato y servicio.