Como el desprendido tajo de Roldan que falta al Puig Campana. Así considera la leyenda a esta isla de gran interés biológico, a 3,5 kilómetros de la costa benidormíe incorporada al parque natural de la Sierra Helada y su Entorno. Puede embarcarse en golondrina o catamarán con fondo de cristal, asícomo en kayak o moto acuática.
Una vez en el destino muchos transbordan al barco de visión submarina Aquascope III. Si de lo que se trata es de bucear con botellas de aire comprimido podremos atravesar Los Arcos entre morenas y salpas, con suerte alguna raya o pez luna. En el acantilado encuentran refugio una importante colonia de paíño europeo, y en el aire hay un vuelo de gaviotas patiamarillas.
La cuesta, esa que tiene paralelismos con una pista de despegue, nos eleva 73 metros hasta el mirador. Finalizamos en La Caleta -que cuenta con bar-restaurante-, sitio estupendo para nadar en superficie con aletas y gafas de buceo.(El País)