Casalarreina es otro de esos curiosos casos en los que en pocas hectáreas se aglutina mucho que ver. Pero esto no quiere decir que entre medias no haya esquinas pintorescas y parques hermosos, simplemente que todo está bien mezclado. A esta presentación solo
hay que añadir que aquí los monumentos civiles ganan por goleada a los religiosos, destacando palacios como el de Pobes o el de los Condestables de Castilla, así como el puente sobre el río Orja.
Ahora, el monasterio de Nuestra Señora de la Piedad se merece una circunvalación parsimoniosa en toda regla.
Ahora, el monasterio de Nuestra Señora de la Piedad se merece una circunvalación parsimoniosa en toda regla.
(Traveler)