Con referencia a esta calle dice una tradición: «Antes se llamó del Burro por un azulejo que se hallaba en los corrales de la Concepción Jerónima, que fueron del capitán Francisco Ramírez.»
Otra tradición supone que en un corral de la calle existió durante mucho tiempo una piel de un burro, rellena de paja, a fin de que los pájaros no desmoronasen los montones de estiércol que el propietario allí acumulaba para la venta.
En el núm. 3 se construyó con carácter provisional un teatro que recibió el nombre de Romea, y que desapareció en un incendio hace pocos años.
(Carlos Cambronero)