Se encuentran en las islas de Mallorca y Menorca, en la última como "dibles boets". Para conseguir uno de estos geniecillos hay que recoger los granos de un helecho la noche de San Juan y guardarlos en un canuto, del que salen para cumplir los encargos de su amo o realizar sus travesuras. Se los puede encontrar en el interior de las casas o en el campo. En este caso prefieren los pozos o las cuevas.
Son espíritus inquietos que, cuando no están enredando, piden que se les encargue alguna tarea.
Amades afirma que, al contrario que los"menairons", los "diables boiets", andan siempre de dos en dos y se presentan en las masías para pedir trabajo.
(Tradicionàrius)