Para quienes no quieren caminar están pensados los aquataxis. Taximar, con base en Cala Galdana, realiza una travesía a las remotas calas de Escorxada y Fustam, pasando por Trebaluger y un par de cuevas marinas. Luego, el pasajero con sombrilla y nevera elige la playa en la que deleitarse unas cinco horas hasta la recogida. Cuesta 25 euros.
(El País)