Tradición.—En no sabemos qué época existió un terrible lagarto que se escondía en el arroyo de San Ginés, y parece ser que en esta calle se puso un lazo para cogerle, como se consiguió.
Otra tradición dice que en el sitio de esta calle estaba la casa de recreo de doña María Dalanda, a quien el rey D. Alfonso X regaló un lazo de oro, que ella a su vez entregó á cierto caballero, como prenda de amor. El amante fué asesinado una noche, sirviendo el lazo de distintivo para que los asesinos le conocieran.
Otra tradición dice que en el sitio de esta calle estaba la casa de recreo de doña María Dalanda, a quien el rey D. Alfonso X regaló un lazo de oro, que ella a su vez entregó á cierto caballero, como prenda de amor. El amante fué asesinado una noche, sirviendo el lazo de distintivo para que los asesinos le conocieran.