El faro de la Mola, también conocido como faro de Formentera, fue el primero que se construyó en la isla y está situado en el extremo más oriental de la misma, al borde del acantilado. Se edifico entre 1859 y 1861, siguiendo el proyecto de Emili Pou, ordeno su construcción la reina Isabel II. Fue inaugurado el 30 de noviembre de 1861.
Se encuentra en la zona más alejada y elevada de la isla 192 metros sobre el nivel del mar.
En 1970 fue electrificado sustituyendo así sus lámparas de petróleo.
Cuenta la historia que Julio Verne, escribió su novela Héctor Servadac inspirándose en la Isla de Formentera y su Faro.
Julio Verne estaba profundamente atraído por la isla de Formentera y en concreto por su forma. Plana y con una pendiente que llegaba hasta los acantilados de la Mola, lo cual le parecía que era un una rampa de lanzamiento de cualquier tipo de nave. Una placa conmemorativa de 1978 situada cerca del faro recuerda que el escritor convirtió la Mola en el lugar donde transcurre la acción de dicha novela y que seguramente también inspiró su obra El faro del fin del mundo.
En el Faro de la Mola, se contemplan unas vistas espectaculares. Atardeceres y amaneceres impresionantemente bellos donde la inmensidad del mar nos hace sentir aun más pequeños.
Sólo en dos ocasiones ha dejado de iluminar la noche de la zona, una durante la guerra de Filipinas y otra durante la guerra Civil española.
Es espectacular y muy recomendable ver su alumbrado en las noches de verano.
Estos son los motivos que hacen que sea una de las construcciones más visitadas de la isla de Formentera.