Se conservan veinte de principios del siglo XIII (las más antiguas de Cataluña), con dibujos geométricos y vidrios casi todos incoloros, porque los cistercienses buscaban luz clara que no distrajera a los fieles. Destaca el rosetón formado por 17 paneles.
Muchas más se destruyeron durante un incendio en el XVI.
(ABC Viajar)