En la parroquia de Filgueira de Barranca, ayuntamiento de Oza-Cesuras, en A Coruña, se encuentran cuatro fervenzas del río Mendo, en un entorno de bosque animado. Pertenece a la Reserva Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo. Se llega por la AC840 Oza-Cesuras a Curtis, o a la inversa.
Desde el centro urbano de Oza-Cesuras, tomando dirección a Curtis, a unos 15 km. (queda a tan solo 2 km de Curtis), hay un indicador para coger un desvío a la derecha, por carretera asfaltada, hasta llegar a 1-2 km., hasta la aldea de A Rexidoira (lugar que da nombre a las fervenzas). Allí se deja el coche y se inicia el camino, por ancha pista forestal para andar 100 metros hasta llegar al lugar de inicio del recorrido para ver las fervenzas en el mismo río Mandeo.
A la primera se accede bajando una pendiente, con barandilla de madera. Impresiona el estruendo del agua al golpear en su caída, en medio de la nada y el silencio. Solo esta fervenza tiene barandilla.
Al lado, un sendero nos permite seguir bajando y aproximarnos al río. A la segunda fervenza, de peligroso acceso, se llega caminando unos metros por otro sendero a la derecha y de ella solo se ve el inicio de la caída (a pesar de tener 8 metros de altura y ser posiblemente la más espectacular, por la caída de agua en una garganta , actualmente solo es visible en su totalidad por los pescadores, por la peligrosidad del terreno). Continuamos y llegamos a un mirador sobre el río (también de difícil acceso por la humedad del suelo y las piedras). Solo hay unas cuerdas para agarrarse y bajar a ese mirador.
A la tercera y cuarta fervenza se puede acceder de dos maneras, la primera, volviendo unos pasos atrás y siguiendo después por sendero sin preparar pero transitable o volviendo a la pista forestal inicial y caminando unos metros más para llegar a una nueva entrada al entorno.
Para acceder a estas últimas fervenzas, de la misma manera hay que bajar pendiente. Ya aquí, estaríamos a nivel del río y la zona ahí se vuelve más llana, pero siempre nos encontramos en zona húmeda y resbaladiza.
La tercera fervenza, conocida como “POZO DA OLA” es la más conocida y cuenta con una leyenda mágica.
El entorno es húmedo, típico gallego, lleno de musgo en las piedras y los troncos de los árboles. En algunas zonas los senderos están señalizados.
Es aconsejable llevar calzado adecuado y tener cuidado en caso de ir acompañado de niños.
La época ideal para visitarlas es la primavera, cuando el río lleva suficiente caudal para disfrutar del espectáculo y también se pueden visitar en otoño, después de las primeras lluvias, para observar los colores del precioso bosque gallego.
(Galicia Máxica)