Lleva más de 15 años funcionando, pero en Galicia apenas ha dejado huella. El proyecto Vías Verdes, que convierte antiguas vías del tren en rutas de senderismo, carriles bici o sendas peatonales, se ha traducido en la comunidad gallega en una sola vía, que además comparte con Asturias. Se trata de la Vía Verde del Eo, de 12 kilómetros, de los que apenas la mitad discurren por Galicia, en concreto por el concello lucense de A Pontenova.
Desde la localidad asturiana de San Tirso de Abres hasta la parroquia de Villaodrid, en A Pontenova, se trata de un camino de madera construido sobre una antigua vía del tren que discurre por el bosque paralelo al río Eo, cruzando el cauce sobre la frontera asturgalaica, en la carretera de Taramundi. La única vía verde gallega, que cuenta con seis túneles y un viaducto, también incluye en su recorrido castros y dólmenes prehistóricos, un pazo del siglo XVIII, en San Tirso, y una iglesia del XVII, en Conforto (A Pontenova).
Pese al volumen de tramos férreos antiguos o en desuso que pasan por entornos naturales en Galicia, especialmente desde el desmantelamiento de los servicios de cercanías en favor de la alta velocidad, esta es la única vía verde que se ha construido en la comunidad desde que nació el proyecto de Vías Verdes, en 1993. Fue entonces cuando, ante la modernización del sistema ferroviario español, el Ministerio de Administraciones Públicas, en colaboración con Renfe, decidió convertir las vías abandonadas o a medio construir en rutas de senderismo, carriles bici o simplemente sendas ubicadas en un entorno natural, de fácil acceso y lejos del tráfico rodado. Desde entonces, en España se han construido 72 vías verdes, en total 1.700 kilómetros de caminos ecológicos.
(La Opinión)