Con la presa del embalse del Chorro sobre el río Turón ya prácticamente terminada y por tanto, entre otras cosas, controladas las avenidas de este, quedaba el control sobre las aguas de los ríos Guadalteba y Guadalhorce.
Durante una gran avenida de aguas de estos ríos, los cuerpos sólidos que arrastraron las aguas: rocas, ramajes, árboles, etc. llegaron a obstruir por completo la entrada al Desfiladero de los Gaitanes, alcanzando las aguas una altura tal que llegó a inundar las vías del ferrocarril.
Para evitar estas adversidades y coincidiendo con los últimos años de la construcción del Pantano del Chorro, Rafael Benjumea ideó y construyo otra presa unos 200 metros aguas arriba de la primitiva de desviación del Salto del Chorro.
Esta presa actuaría como contraembalse del pantano principal, además de prevenir las avenidas de los ríos antes aludidos que, en épocas de crecidas arrastraban con ellas árboles y todo tipo de materias en suspensión.
La característica más importante de esta presa es su novedoso diseño. Está apoyada sobre las paredes de un estrechamiento del río. Esta presa de 20 metros de altura fue considerada en España y en el extranjero como una auténtica innovación de ingeniería, tanto por el trazado y ubicación de las diversas bóvedas como por su sistema de vertedero sobre la presa central. Lo más peculiar de esta presa, predilecta de todas las obras que hizo Benjumea, por sus detalles arquitectónicos y artísticos consistía en que en el cierre de aguas abajo se basaba en una gran cristalera sólida y resistente montada sobre una estructura de hormigón armado y dotada de unas pequeñas ventanas que permitía ver la cascada o lámina de agua caer desde el vertedero desde dentro de la central, espectáculo que sorprendía a los visitantes de la central.
La cola de este nuevo embalse llegaba hasta el pie de presa del pantano principal en el río Turón y aguas arriba de los río Guadalteba y Guadalhorce sobrepasaba el bello puente de la Junta de los Ríos.
(La Garganta)
(La Garganta)