Existe en el Valle del Jerte una leyenda que habla sobre una misteriosa mano que en ocasiones es descubierta por los ganaderos mientras pastorean sus rebaños. Puesto que esta insólita mano es de oro, el hallazgo en un principio desata la codicia del pastor: lo que parece ser un golpe de fortuna más tarde se convierte en una maldición.
Pues esta particular garra es capaz de matar grandes cantidades de ganado, sus victimas son fácilmente identificables, pues les deja en el lomo la señal de la palma de la mano como si hubieran sido marcadas a fuego.
(Extremadura misteriosa)