Si sólo pudiera elegirse una sola imagen de la costa levantina sería posiblemente esta avenida de más de quinientos metros de longitud, bordeada de un lado por grandilocuentes edificios de distintas épocas y en el otro por el mar pero cuyo mayor atractivo se encuentra en ese pavimento compuesto por seis millones y medio de teselas que dibujan un mosaico ondulado en rojo, azul y blanco rematado por cuatro filas de palmeras.
(El Mundo)
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