Se llama así porque es del tamaño de una berruga. De hecho una de sus tropelías consiste en hacer crecer berruas en las manos de las hilanderas.
Suele vivir en cisternas, bajo las tejas y en las gritas de las paredes. También en viejos molinos, pozos y cuevas, aunque de noche va a las casa a cometer sus diabluras.