Altea, en Alicante, está considerado uno de los pueblos más bonitos de España. Sus casas blancas y azules y sus calles empedradas esconden tiendecitas con encanto. Una especie de ciudad-mercadillo que se complementa con dos mercadillos al uso todos los martes: el que se ubica entre el Camino del Algar y la Plaza del Ayuntamiento (con ropa, zapatos y complementos) y el de la calle Filarmónica (lleno de puestos que venden frutas y verduras de la huerta levantina y coloridas flores).
Además, hay un mercadillo de artesanía en verano y Semana Santa.
Altea, en Alicante, está considerado uno de los pueblos más bonitos de España. Sus casas blancas y azules y sus calles empedradas esconden tiendecitas con encanto. Una especie de ciudad-mercadillo que se complementa con dos mercadillos al uso todos los martes: el que se ubica entre el Camino del Algar y la Plaza del Ayuntamiento (con ropa, zapatos y complementos) y el de la calle Filarmónica (lleno de puestos que venden frutas y verduras de la huerta levantina y coloridas flores).
Además, hay un mercadillo de artesanía en verano y Semana Santa.
(Guía del ocio)