El Atlántico rompe inmisericorde en este playazo fiero. "Cabreado como el mar de Campelo", suele escucharse en la comarca. Una carretera rural nos deja en el ruinoso chiringuito a partir del cual arranca una escalinata pétrea con barandillas en paralelo al arroyo canalizado.
Conviene ir en bajamar, no sea que tengamos que tender la toalla sobre bolos rocosos o encima de los restos de derrumbes causados por los temporales. Hace mucho tiempo que los surferos descubrieron su potente ola izquierda así como los picos de la corriente que lleva al Medote, farallón con el que se adorna esta flamante playa de crepúsculos arrebatadores.
En el restaurante Os Percebes, en Meirás, los percebes y el rape con guisantes convencen a la gran mayoría. Se aconseja reservar.
En el restaurante Os Percebes, en Meirás, los percebes y el rape con guisantes convencen a la gran mayoría. Se aconseja reservar.
(El País)