Las Tuerces, declaradas Lugar de Interés Cultural, conforman un laberinto de roca que alterna grandes bloques con formas caprichosas de origen karstico. Una pequeña ciudad pétrea y encantadora tallada por la erosión. Puentes y arcos, callejones, covachuelas por las que el viajero puede emprender un paseo tranquilo. Especialmente bonito por las tardes, debido a la luz, y en primavera, por los arbustos en flor que jalonan sus alrededores.
(El País)