Las lomas sin apenas vegetación del desierto de Tabernas, en la provincia de Almería, se parecen a las montañas de papel ocre arrugado con las que los niños decoran sus belenes en Navidad. Cárcavas, taludes, torrenteras, ramblas. En este paraje natural, considerado el único desierto de Europa, y en este clima mediterráneo subárido, con precipitaciones inferiores los 250 milímetros anuales y temperaturas medias superiores a los 17 grados centígrados, vive fauna y flora endémica.
(El País)