Desde que empezó la guerra, los carlistas de cada provincia vasca y de Navarra mantenían su propia administración provincial tanto civil como militar.
El hecho negativo de la falta de coordinación de estas administraciones quedaba incrementado con el gobierno de la corte del Pretendiente y el problemático mantenimiento de la tropa formada por los batallones de Castilla.
Como muestra del daño que esta división de administraciones producía, cabe citar la orden dada por el gobierno de la Corte a las administraciones de las cuatro provincias con ocasión de la Expedición Real de facilitar cada una de ellas 200 cargas de munición que se habían de presentar en 200 mulas guiadas por dos muleros cada una, y la contestación de la administración guipuzcoana que decía que no tenía problema para facilitar las 200 cargas de munición, pero sí lo tenía con las mulas y muleros debido a que estas especies no se criaban en Guipúzcoa.
(Wikipedia)
El hecho negativo de la falta de coordinación de estas administraciones quedaba incrementado con el gobierno de la corte del Pretendiente y el problemático mantenimiento de la tropa formada por los batallones de Castilla.
Como muestra del daño que esta división de administraciones producía, cabe citar la orden dada por el gobierno de la Corte a las administraciones de las cuatro provincias con ocasión de la Expedición Real de facilitar cada una de ellas 200 cargas de munición que se habían de presentar en 200 mulas guiadas por dos muleros cada una, y la contestación de la administración guipuzcoana que decía que no tenía problema para facilitar las 200 cargas de munición, pero sí lo tenía con las mulas y muleros debido a que estas especies no se criaban en Guipúzcoa.
(Wikipedia)