La región regada por el Nansa guarda entre sus joyas este precioso pueblo, nacido en un bucólico paraje a los pies de Peña Sagra, donde el escritor José María de Pereda situaba el escenario de su "Peñas arriba". En torno a la villa, el paisaje se lo disputan los accidentados riscos y los llamados "prados concejos", claves en la economía ganadera de la región.
La región regada por el Nansa guarda entre sus joyas este precioso pueblo, nacido en un bucólico paraje a los pies de Peña Sagra, donde el escritor José María de Pereda situaba el escenario de su "Peñas arriba". En torno a la villa, el paisaje se lo disputan los accidentados riscos y los llamados "prados concejos", claves en la economía ganadera de la región.
El conjunto urbano, acoplado a una ladera y formado por abundantes casas de una inconfundible arquitectura montañesa, incluye uno de los mejores ejemplos de caserón solariego en Cantabria, el palacio de los Cuesta, conocido como residencia de José María de Cossío, que recibió aquí la visita de Unamuno, Alberti, Gerardo Diego y otros intelectuales del siglo XX. Actualmente reúne una espectacular biblioteca de 25.000 ejemplares, así como grabados y pinturas desde el siglo XVI hasta el presente.
Además, el pueblo conserva otras casas blasonadas, como la de Herrán de Abajo y Herrán de Arriba, y la antigua venta, con elementos como la cuadra y el soportal. La iglesia, consagrada a San Pedro, data del siglo XVIII y cuenta con algunas tallas de interés, así como un pequeño cementerio.
(Pequeños pueblos medievales)