Tradición.—En un corral que, propiedad de las monjas de Santa Juana de Alcalá de Henares, existía en esta calle, se crió una paloma que acompañó volando a una efigie de la Virgen de las Maravillas cuando la trasladaron a este convento. Años después, habiendo encontrado unos muchachos un lienzo que representaba este suceso, hallábanse jugando con la sagrada imagen a tiempo que, noticiosa de ello una piadosa mujer llamada María Isabel Tintero, según unos, la Uniera, según otros, compró el lienzo, y adornándolo lo puso en su portal, donde empezó a adquirir notoria celebridad. (Véanse los artículos Arlaban y Echegaray.) Conocida la tradición de la imagen, debemos añadir que la capilla actual fué construida por el arquitecto D. Francisco Sánchez, discípulo de Rodríguez, el año 1795. Grande es la devoción que en el barrio se tiene a esta imagen de Nuestra Señora, y es costumbre, aun fuera de aquel circuito, entre las hijas de Madrid oír la primera misa en este oratorio después de haber dado a luz.
(Carlos Cambronero)