La Casa Vicens (1883-1885) de Barcelona, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2005, se levanta en el tranquilo barrio de Gràcia, como un oasis insólito de aroma oriental y mudéjar, cubierto de espectaculares baldosas verdes y blancas.
Fue construida según el proyecto de casa de veraneo realizado por un joven Gaudí por encargo del señor Manel Vicens y Montaner (1836-1895), corredor de cambio y bolsa. Es la primera obra que Gaudí realizó en Barcelona y en la cual pudo desplegar todo su talento.
Crea una obra innovadora y original que rompe estilísticamente con todo el que se había construido anteriormente en Cataluña. La Casa Vicens es uno de los primeros ejemplos de la renovación estética del arte y la arquitectura que tuvo lugar en toda Europa a finales del siglo XIX. Es el punto de partida de la trayectoria artística de Gaudí y está considerada una de las primeras obras maestras del modernismo.
Gaudí encuentra en la naturaleza la fuente de inspiración más importante para toda su obra, y la Casa Vicens es uno de los primeros ejemplos, puesto que vemos como diferentes elementos naturales son representados e integrados en todo el conjunto.
Hay que destacar la reja de hierro fundido de entrada a la finca, en la cual se representa la hoja de palmito, y las flores de clavel de moro que Gaudí adopta como elemento ornamental a las baldosas cerámicas de la fachada.
Esta referencia a los elementos naturales no sólo es presente en el exterior de la casa, sino que, mediante la integración de diferentes artes decorativas ―forja, pintura, cerámica, carpintería, decoración mural, etc.―, Gaudí consigue que la naturaleza penetre dentro de la casa, creando de este modo una continuidad entre espacio interior y exterior.
Si miramos más allá de la decoración, podremos adivinar tanto el estilo historicista mudéjar como las formas de inspiración india y japonesa. Podemos fijarnos en el tratamiento especial de los ángulos del edificio, escalonados para evitar la rigidez clásica. Este exotismo oriental provocaba entusiasmo entre la élite de la época de Barcelona. No debería extrañarnos, pues, que esta primera obra de Gaudí fuera aplaudida con más fervor del que recibirían, años más tarde, obras hoy tan emblemáticas como "La Pedrera".
La Casa Vicens abre como Casa Museo y propone una visita rigurosa a la vez que atractiva para todos los públicos, en la que incluye una exposición permanente y un recorrido por las estancias originales de Gaudí, cuidadosamente conservadas y restauradas en la actualidad.
(Visit Barcelona)