Cuenta la tradición que en la esquina de la calle Barrionuevo con la Concepción Jerónima tenía el convento de Santo Tomás una bodega semejante a los famosos órganos de Móstoles servida por tres legos que pulsaban, a gusto del consumidor, ya el órgano del tinto, ya del moscatel ya del pardillo, hasta que en una visita girada por el General de la Orden de Santo Domingo, fué suprimida la bodega pública.
Un anciano vecino de Madrid nos manifiesta que la venta de vino al por mayor existió en un local accesorio del convento, casi frente a la calle de Barrionuevo, local que después se convirtió en restaurante popular, designado con el nombre de El Sotanito, famoso por su especialidad en chuletas asadas.
(Hilario Peñasco de la Puente - Las calles de Madrid)
Un anciano vecino de Madrid nos manifiesta que la venta de vino al por mayor existió en un local accesorio del convento, casi frente a la calle de Barrionuevo, local que después se convirtió en restaurante popular, designado con el nombre de El Sotanito, famoso por su especialidad en chuletas asadas.
(Hilario Peñasco de la Puente - Las calles de Madrid)