No nos movemos de la provincia, ni de un pueblo a orillas de un río. Alcalá del Júcar se extiende sobre una ladera, de manera escalonada, formando auténticos acantilados que se asoman al Júcar. No apto para quien tenga vértigo. Para coronarlo, arriba del todo aparece majestuoso su bonito castillo, que data del siglo XV.
(El Viajero fisgón)