Una vez que el general cartaginés Amílcar Barca, desembarcando en la antigua Gades (Cádiz) el 237 a. de C., hubo derrotado y crucificado al régulo Istolacio, de quien algunos creen que era un general céltico mercenario al servicio de los turdetanos y otros un aristócrata oretano de origen celta, invadió las tierras de los lusitanos y de los vettones y al retornar al sur encontró a cincuenta mil combatientes (número evidentemente exagerado) que le esperaban mandados por el sucesor de Istolacio, su hermano Indortes, a quien también derrotó en Sierra Morena espantando a sus tropas con elefantes y que, tras ser capturado, fue también torturado, cegado y crucificado.
Amílcar, cruel con los jefes pero benigno con los guerreros capturados, alistó en sus filas a miles de guerreros hispánicos capturados a Istolacio. Desde entonces la rebelión hispánica contra los cartagineses pasó a ser acaudillada por Orissón.
(Wikipedia)
Amílcar, cruel con los jefes pero benigno con los guerreros capturados, alistó en sus filas a miles de guerreros hispánicos capturados a Istolacio. Desde entonces la rebelión hispánica contra los cartagineses pasó a ser acaudillada por Orissón.
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