En Arévalo de la Sierra, en Soria, se encuentra el mayor bosque de acebos de la Península, de 406 hectáreas, donde estos árboles de hojas espinosas y frutos rojos, símbolos del solsticio de invierno, crecen de forma laberíntica formando bóvedas en las que se refugian tordos, corzos y zorzales. Arévalo de la Sierra cuenta con un centro de interpretación del acebal y su entorno, desde el que también se organizan rutas guiadas.
(El País)
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