Si querías un bosque mágico, sin intrusión artística y con el valor añadido de ser un ecosistema de la Era Terciaria que desapareció del continente en el Cuaternario por cambio climático -para los amantes de los datos-, ese es Garajonay, en La Palmita (La Gomera). Realmente cruzar su umbral es caer en la cuenta de otro mundo, habitado por gigantes con hojas de color verde oscuro, lisas y perennes.
Y gran parte de la culpa la tiene la laurisilva, ese 'bosques de laureles' (literal) formado por unas 20 especies arbóreas, o muy abundantes o muy escasas.
Pero los laureles no son los únicos colonizadores. Te cruzarás con otros anfitriones, como las hayas, los sauces, los cedros y los brezos -viejos conocidos-, y otros no tanto, caso del barbusano o el mocán. Comparten piso con más de 700 especies vegetales, de las que la mitad son líquenes, y más de 1.000 especies de hongos. Un Parque Nacional de quitar el sentido (o mejor, dártelo).
(Tendencias)
Y gran parte de la culpa la tiene la laurisilva, ese 'bosques de laureles' (literal) formado por unas 20 especies arbóreas, o muy abundantes o muy escasas.
Pero los laureles no son los únicos colonizadores. Te cruzarás con otros anfitriones, como las hayas, los sauces, los cedros y los brezos -viejos conocidos-, y otros no tanto, caso del barbusano o el mocán. Comparten piso con más de 700 especies vegetales, de las que la mitad son líquenes, y más de 1.000 especies de hongos. Un Parque Nacional de quitar el sentido (o mejor, dártelo).
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